Doblepensar

El blog favorito de la mamá de Olavia Kite.


Hako no Naka I


Esta caja me tendrá entretenida durante muchos, muchos días... ¿qué habrá adentro? (Casi me vuelo un dedo con el bisturí tratando de romper tanta cinta pegante.)


SUENA: Spice Up Your Life — Spice Girls




The cat was just a shadow in charcoal...


...and the air was a giant sheet of colorful paper.


SUENA: How Come, How Long — Babyface feat. Stevie Wonder




Les flèches bleues ou Morceaux d'une photo sous le photo-maton

Elle a lu la lettre abandonnée devant le photo-maton. Ensuite, elle a noté les flèches bleues, dessinées sur le sol. Il semblait un long chemin... et morceaux d'une photo sont apparus sous la même cabine.



"...y sabes que si hubiera tomado el lado opuesto de una de las tantas bifurcaciones que tiene este laberinto, tal vez ni siquiera habría hallado las flechas. No las habrías pintado. El hecho es que esta tiza ya no se puede borrar, y así no lo aceptes avancé un par de pasos, curiosa por el misterioso destino que ofrecía, aunque no lo suficientemente cerca como para acercarme al posible barranco de la confusión..."

"...embargo, no hay razón alguna para estar confundido: tú estás en tu camino y yo en el mío, tal vez paralelos, tal vez entrecruzados. Las flechas que hallé siempre me harán sonreír y siempre querré seguirlas, aún si el final de la película no puede ser el mismo. Siempre pasaré por el fotomatón en busca de otra carta como la que tuve que abandonar aquí donde tratas de pegar estos fragmentos para generar una imagen completa..."

"...que si avanzara unos pasos más, si decidiera no mirar hacia atrás y abandonar las flechas de otro color que alguna vez alguien me tendió, correría a alcanzarte; porque el tonto mira el dedo que señala, porque un telescopio te anuncia y agitas los extraños fragmentos que nos unen, porque si el camino se hubiera bifurcado de otro modo habría abierto la puerta y te habría hecho seguir el patrón de..."

"...nada que lamentar. Tampoco podemos actuar, ni siquiera esperar un resultado determinado. Deja que las flechas apunten adonde deban, deja que creen senderos complejos por su cuenta y, sobre todo, deja que mis pasos se acerquen un poco a esa cabina telefónica desde la que agitas tu mano..."

"...Al fin y al cabo, no puedes evitar el flujo de tus palabras certeras en el momento preciso, ni la aparición de mi invisible sonrisa, ni el modo en que nuestras frases logran armonizar tan a menudo. Y por eso,..."




Cassiopeia



Si me preguntan, mis conocimientos astronómicos eran mucho mejores cuando jugaba Where in Space is Carmen Sandiego? y soñaba con volverme una gran astrónoma, de la mano de nombres que daban pistas en el juego y que aún retumban en mi memoria, como Tycho Brahe y Percival Lowell. El programa nombraba también a otros personajes que tenían que ver con ese increíble vacío brillante, aunque de otro modo; entre ellos, H.G. Wells y Ursula K. LeGuin. Adivinen a quiénes terminé haciéndoles más caso. Así que, una vez decidida a sumirme en el mundo de los universos inventados y por descubrir, dejé paulatinamente de preocuparme por saber qué estrella era cuál. Seguía mirando hacia arriba, pero me conformé con un pequeño cúmulo de conocimiento, compuesto únicamente por los nombres Orión, Pléyades, Mérope, Híades, Aldebarán y Betelgeuse.

Debido a esta ignorancia elegida, la cual habría de provocarme cierto remordimiento posteriormente bajo los cielos limpios de Dubuque, solamente he podido ver a Casiopea una vez.

Ocurrió durante la única época en el año en que las estrellas se confabulan para mostrarse, galantes, en eventos que requieren de gran participación de público. Esto es, el advenimiento de la Navidad. En mi época escolar esto quería decir un sinnúmero de cosas, pero entre ellas sobresalía una que ahora extraño: el coro de Uncoli. El coro, al menos ése, reunía a estudiantes de los colegios integrantes de Uncoli para cantar diversas piezas navideñas. Todavía tengo varias melodías en la cabeza. Las presentaciones se hacían cada año en un colegio distinto, pero yo diría que las mejores eran las que se llevaban a cabo en el San Carlos, cantando Silent Night al aire libre... y mi cabeza desviada hacia las estrellas sin nombre.

Una noche, a la espera de nuestra triunfal entrada al recinto donde tendría lugar la primera parte del recital, me quedé pasmada observando la amplia bóveda de diamantes que se desplegaba sobre mi cabeza ante la escasez de luz eléctrica a mi alrededor. Como era habitual (y aún lo es), busqué a Orión e inmediatamente localicé las Pléyades (tuvieron un especial significado durante un tiempo... de ahí mi dirección de correo electrónico). Alguien se me acercó. Era un integrante del coro, lo cual para mí era bastante extraño, dado que yo no logré socializar allí con nadie. Miraba hacia arriba también. Las palabras que intercambiamos se han ido borrando de mi memoria, pero sé que le hablé del cúmulo de estrellas que estaba viendo. A cambio de mi inútil comentario, él me señaló a Casiopea. Lo que podría haber sido una simple y accidental W en el cielo, era ella en su trono, más bella que las Nereidas.

Fue la única vez que hablamos, y supongo que la última vez que lo vi. También fue la única vez que reconocí a Casiopea. Cuando volví a buscarla en el cielo estrellado de otra noche, se me había perdido, como un kanji recién aprendido que se refunde entre miles de pinceladas mudas.


SUENA: Marble Halls — Enya




Abutillon pictum



Veo estas flores y veo mi infancia...


SUENA: Gilmore Girls




Humor

—Qué humor tan fino, el tuyo —, dijo ella con una sonrisa tan forzada que la gracia de sus labios rojos se asemejó a una flor de abutilón marchita luchando por conservar su inútil color. Su ilusión de hallar un motivo para reír todos los días se había deformado poco a poco con los constantes y vergonzosos chascarrillos de su esposo. Se había deformado exactamente como su cara en ese instante.

Qué humor tan fino, el de la vida.




El cielo era un mar invertido de azul permanente, las nubes furtivas eran escasas y pequeñas. El vidrio entre el cielo y yo era como una ventana en la sección de visitas de una cárcel, pero ¿dónde estaba el auricular del lado? ¿Cómo podría comunicarme con las golondrinas que sí tenían adónde ir?




Y cuando al fin me hice a la idea de que éstos eran los letreros que habría de ver todos los días y éstas, las vías que habría de recorrer, tuve que empacar mis maletas y volver a este paisaje tan familiarmente extraño.




Back in the USSR

La utilidad de TOL es innegable. Llenarse de links y revisarlos una y otra vez no se compara a la comodidad de ser notificado de las últimas modificaciones. Me di cuenta de que estaba acostumbrada ya a repasar aquellas vidas distantes que, como la mía, se ven plasmadas aquí para beneplácito de... uno mismo, supongo. Así que decidí regresar. No niego que la pasé bien en mi corto retiro, pero caray, esto es un agujero negro y una vez se está dentro es imposible salir. Al menos lo es para mí, estudiante aburrida y desubicada adicta al cereal y al internet.

Debo agradecer muy especialmente al SrGuillot por sus acertadas palabras (aunque tengo la impresión de que mi respuesta no le debió agradar) y a Svigle por más palabras acertadas. Por otro lado agradezco a Howard Roark, y él debe saber por qué. No, él no sabe porque es un personaje literario. Pero dio la estocada final para que esto (que no es nada del otro mundo) fuera posible. Ahora, con nuevos bríos me dispongo a dejar la fase ermitaña, y así, un blog más en TOL vuelve a su misión de todos los días: ¡escribir pedazos de una vida anónima que a nadie interesan!


SUENA: You're the Only One — Maria Mena







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