El caos es una aparición súbita al final del camino tapizado de osmanto. El aroma de las florecillas anaranjadas cae aplastado por el olor a cocción improvisada. Hay gente gritando irasshaimaseeeeeeeee ikagadesukaaaaaaaaa por todas partes, grupos de rock desafinadísimos en las tarimas y puestos de comida que alguna vez nos pareció interesante pero ahora nos da absolutamente lo mismo. Yakisoba, yakitori, takoyaki, yakisoba, yakisoba, yakimanjuu, yakisoba. Parece un sketch de Monty Python, solo que nadie se ríe. Este es nuestro último festival y nos da la misma nostalgia que tuvo Moff Tarkin cuando mandó destruir Alderaan.
Primero entramos a ver la exposición de arte. Antes íbamos a ver algún cuadro de Azuma exhibido junto a los de sus compañeros, pero ahora que su obra se ha trasladado a su casa solo vamos a examinar el trabajo de los demás. Hay una estudiante de nihonga que cada año saca el mismo cuadro craquelado de una lechuga. Esta vez son dos lechugas. Progreso. Yo juego a la crítica de arte y me invento discursos de análisis de las peores obras. Hago cara seria, gesticulo con las manos, digo "otredad", "reapropiación" y "paradigma". Nos desternillamos de risa y seguimos.
Fuera del edificio de artes, un grupo de unas diez personas toca música andina con caras excesivamente sonrientes. Es el club de Folklore ("Phorukurooore"). Tienen ruanas graciosas encima de la ropa de asalariado, dos tamboras, alrededor de cinco zampoñas que no suenan y como mil charangos. No entendemos lo que cantan; ellos tampoco. Más allá hay una demostración de kickboxing. Entre los luchadores debe estar el stalker de Azuma. Ella aparta los ojos del ring mientras yo alcanzo a ver de reojo cómo defienden su virilidad con desespero, como si en algún momento fuera a sorprenderlos la policía de género. O sus propias dudas.
El día está insoportablemente húmedo. El cuerpo se siente pesado como cuando ya ha pasado el mediodía y uno sigue en pijama. Alcanzo a preguntarme si me bañé. También me pregunto si desayuné, si almorcé, si he tomado líquidos en todo el día. Solo me recuerdo leyendo. Paramos en el puesto de comida africana para saludar a Mamadou, el senegalés, cuya camisa lo convierte en la viva imagen de Carl Anderson en el papel de Judas. Queremos una igual. Yo, además, quiero una porción de ese arroz con pollo cuyo nombre no llegué a entender.
Poco después llegamos al edificio de culturas comparadas y biología. No tiene caso preguntar por qué carreras tan disímiles comparten sede, así como tampoco lo tiene seguir caminando. Giramos en redondo y dejamos que el ruido se vaya sofocando mientras mi mano acaricia los arbustos. Las ramas apenas teñidas de rojo en las puntas se desprenden de mis dedos y se mecen como cortinas que corremos para volver a encerrarnos tras bambalinas, allá donde nadie nos ve.
[ China cubana — Willie Colón ]
Etiquetas: azuma, comida, estudios de género, maladie, tsukuba

El ciclo del agua, 2
1 comentarios Otro delirio de Olavia Kite, hoy jueves, junio 10, 2010 a las 7:15 a. m..No es que yo nunca me haga preguntas. He pasado de mi papá al Diccionario Enciclopédico Salvat a la Enciclopedia Encarta a la Wikipedia a Naomi Wolf. Yo siempre he tenido preguntas. A mí me interesa saber por qué se supone que los pelitos que me salen por todo el cuerpo son asquerosos, o por qué tengo que sentirme culpable si no estoy en los meros huesos o al menos sintiendo hambre todo el tiempo. Yo quiero saber por qué algunas personas pueden quererse y otras no. O por qué el gusto por el sexo es malo. O por qué cuando uno es mujer el gusto por el sexo es especialmente malo. Ya que tanto ánimo tiene de resolver dudas, ¿podría resolverme estas, señora?
¿Puede usted decirme con qué eufemismos debería decorar las cosas que siento cuando las siento? ¿Puede señalarme la página de la Réveillez-vous donde se me indique cómo callar sin implotar?
Tell me, do you really think you're going to hell for having loved?
Me llamo tal como le dije que me llamo y exijo respuestas.
[ Our Mutual Friend — The Divine Comedy ]
Etiquetas: chasco, diatriba, estudios de género, feminismo, love or lack thereof

Hi! You Like Me Just the Way I Am
3 comentarios Otro delirio de Olavia Kite, hoy domingo, diciembre 27, 2009 a las 7:27 p. m..No obstante, en cierto modo entiendo si Bridget cree que la aman pese a todo, puesto que en algún momento he llegado a pensar igual. Me he examinado con ese odioso ojo crítico y me he hallado frívola y respondona y completamente poseída por el terror a los balones y los teléfonos y la gente a la que hay que preguntarle direcciones y precios, pensando en ello como si me hiciera menos merecedora de la admiración de alguien más. Y sé que no debo ser la única en sentirse así. No es raro resultar ignorando la mirada brillante del ser amado por hacerle caso a estándares que ni al caso vienen (Naomi Wolf mal parafraseada). Tal vez esto no haga de mí un modelo a seguir en el feminismo moderno, pero supongo que si hago el intento de entenderme y entender lo que me rodea podré saber qué puedo hacer al respecto. Por lo pronto podría dejar de darme tanto palo.
(Esto es lo que me pasa por haber pasado la tarde revisitando The Beauty Myth y por esta nueva tendencia en mi vida de mandar mails románticos con bibliografía.)
[ I Feel It All — Feist ]
Etiquetas: beauty myth, estudios de género, feminismo, love or lack thereof

El clóset
0 comentarios Otro delirio de Olavia Kite, hoy lunes, noviembre 02, 2009 a las 7:15 p. m..Lo sabía. Nunca me lo dijo directamente, pero lo sabía.
En primer año habíamos participado en una acalorada discusión sobre ya no recuerdo qué en la otra clase de la cual soy TA. Recuerdo esa mirada, esa mirada según la cual uno entiende. Escuchó mi defensa apasionada, me dijo que me calmara, y yo lo supe.
Esa tarde, u otra tarde tal vez, salimos caminando juntas y me invitó a su casa. Acepté a sabiendas de lo que ello podría acarrear—tal vez deseándolo, incluso, pero manteniendo cierto dejo de inocencia—. Sin embargo, el plan nunca llegó a consumarse: casualmente mencioné la existencia de un hombre en mi vida y de inmediato comprendí los alcances de mi ingenuidad al ver cómo su rostro se endureció. No volvió a dirigirme la palabra desde entonces.
Otra participante del grupo mencionó que si ella fuera lesbiana o bisexual y saliera del clóset en la universidad, seguramente sus profesores la recordarían perfectamente. Señalé cómo para las minorías suele anteponerse la orientación sexual a la identidad, como si uno fuera homosexual antes de ser uno. Me puse entonces a pensar en lo insensato de una sociedad en la que existe la necesidad de "salir del clóset", anunciarle a todo el mundo algo que en últimas es privado y no lo define a uno exclusivamente. ¿Llegará el día en que todos podamos simplemente ser?
Al final de la clase, la coreana se me acercó.
—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos.
Sonreí. Le pedí que me anotara sus datos en un papel, pues había dejado el teléfono en casa. Pienso escribirle pronto, a ver si nos tomamos un café.
[ Dès que j'te vois — Vanessa Paradis ]
Etiquetas: estudios de género, love or lack thereof, 筑波大学

Le courrier est arrivé!
0 comentarios Otro delirio de Olavia Kite, hoy miércoles, abril 08, 2009 a las 9:51 a. m..
Vaya, vaya. Algo me dice que tendré que ir a darle las gracias personalmente al remitente de tan pasmoso y bien pensado regalo. Die Frage ist nicht ob, sondern wann?
[ The Last Trick — Anja Garbarek ]
Etiquetas: estudios de género, feminismo, ovidio, yorokobi

Etiquetas: estudios de género, japón, sakaguchi, tsukuba

Anne Koedt, apuntes sueltos
0 comentarios Otro delirio de Olavia Kite, hoy domingo, mayo 18, 2008 a las 8:01 a. m..Primer momento
(En el que se comprende por qué no existen los estudios de género en Japón.)
Profesora: Cuando vayan a deshacerse de estas copias, no las boten en cualquier parte. Táchenlas. No sea que alguien las encuentre y piense 'en qué clase les ponen a leer estas cosas'...
A grandes rasgos el artículo plantea lo siguiente: Según Freud (misógino por excelencia), el orgasmo clitoriano era cosa exclusiva de la adolescencia y debía desaparecer tras la iniciación de la vida sexual al ser transferido a la vagina, donde supuestamente se sentían orgasmos "más maduros" por medio de la penetración. El resultado de la creencia en esta teoría fue un elevadísimo número de casos de frigidez, problema para el que él recomendaba tratamiento psiquiátrico, ya que obedecía a una falta de ajuste mental de la paciente a su rol 'natural' como la mujer. La causa de esta renunciación a la femineidad: envidia del hombre. (Ahora, de cómo rayos llegó Freud a esta conclusión traída de los cabellos, no tengo la más remota idea.)
No obstante, la evidencia médica apunta hacia el clítoris como el órgano responsable del orgasmo femenino, ya que el interior de la vagina es tan sensible como cualquier otro órgano interno, es decir, casi nada. Pero entonces, si es así, ¿por qué tanto empeño por ocultar los verdaderos fundamentos de la sexualidad femenina? Bueno, entre otras razones porque en términos de placer haría del pene no una necesidad biológica sino una opción, amenazando así la institución heterosexual y abriendo un abanico de posibilidades para las relaciones humanas, hasta entonces estrictamente definidas como hombre-mujer.
Segundo momento
(En el que se comprende por qué el feminismo no parece ir para ningún Pereira.)
Yo: ... Entonces la profesora nos contaba que en Japón muy pocas mujeres saben que el orgasmo vaginal [como lo define Freud] no existe, que sólo ocurre por el clítoris. ¿Tú sabías?
Compañera no-japonesa: Por supuesto que sabía, si he leído mucho la Cosmopolitan.
La Cosmopolitan sería un ejemplo perfecto de los alcances del mito: los consejos sexuales que provee están encaminados única y exclusivamente a complacer a una contraparte masculina y se encuentran centrados en la penetración, negando así además toda visibilidad a las relaciones homosexuales. Una revista de tanto alcance entre la población femenina ha contribuido en gran parte a perpetuar el heterosexismo y los estereotipos sobre roles de género. En una era donde el conocimiento debería ser mucho más accesible las mujeres aún carecemos de información adecuada sobre nuestro propio cuerpo. Mientras esto suceda, cualquiera puede llenarnos la cabeza de dudas y culpas que nos perjudican y mantienen oprimidas ante una sociedad a todas luces machista.
Me pregunto si el famoso punto G tiene algo que ver con este mito, si es un intento de reclamar la penetración como centro del placer sexual femenino en vista de la inminente apropiación del clítoris.
[ I'm Going Slightly Mad — Queen ]
Etiquetas: estudios de género, feminismo
